Con un clima suave y tónico, con una rica costa de pesca y sus valles y llanuras protegidas... No es de extrañar que Portugal, con gran parte de su territorio lleno de viñedos y olivos, ha sido codiciada por los romanos desde hace 2 mil años.

En el siglo VIII, durante la ocupación musulmana y gracias a las nuevas técnicas de riego, la agricultura se desarrolló considerablemente. A principios del siglo XV, los portugueses conquistan Ceuta y construyen su primera carabela y parten para explorar Madeira, las Islas Azores, Costa de Africa y Brasil. En 1498, Vasco da Gama descubrió la ruta marítima a la India, que hice con que Portugal se convirtiera en un poderoso imperio por controlar la ruta de las especias de la India a Europa, así como el primer país occidental en tener contacto con los países asiáticos y sus especias. Todas estas influencias, Árabes, Africanas y Asiáticas están presentes en la gastronomia Portuguesa.

 

 

El valor de la sopa

 

El hecho de que como vecinos de la costa atlántica llevó, por supuesto, que su comida se volvería a los productos que ofrece el mar. Hay, sin embargo, en los menús diarios de cocina portuguesa, un plato inevitable y muy importante: la sopa. La sopas portuguesas en general no son como los caldos Colombianos, por ejemplo. La sopa es una entrada antes de la comida, no es el plato principal. La más famosa e importante es el "caldo verde", una sopa color verde esmeralda como la provincia de Minho, de donde es originario. Es, definitivamente, una sopa que no debe dejar de probar.

 

 

Del Mar

 

El Bacalao toma su lugar de honor como el plato tipíco portugués. Se dice que hay tantas maneras de cocinar (más sofisticados, algunos menos) como días en un año (365). Además de otras especialidades de pescado, se quedará encantado al probar el lenguado, el salmonete, el pez espada y el eiroz. Finalmente el último pero no el peor, uno de los menos caros, pero más sabroso pescado - sardinas, una merienda esencial en barbacoas al aire libre y fiestas de todo el país. A menos que usted prefiera los deliciosos cangrejos rellenos, los excelentes mejillones o almejas cocidas, la cataplana del Algarve con chorizo, tocino y hierbas.

En cuanto a los peces de agua dulce, se puede degustar la lamprea y el salmón en Minho, la trucha en Serra da Estrela y Madeira, o el sábalo de los ríos Tejo y Douro.